También denominada uro-oncología, es una sub-especialidad de la urología que se encarga del diagnóstico y tratamiento de las vías urinarias en ambos sexos y del aparato genital masculino. Así pues está constituida por todo lo referente a las neoplasias urológicas. Incluye la asistencia en sus diferentes fases: prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación.

Cualquier tratamiento comienza con la prevención y una adecuada profilaxis: revisiones periódicas, análisis. Los expertos en Urología recuerdan que las personas mayores de 50 años deben someterse a revisiones periódicas, ya que es la única forma de poder realizar un diagnóstico precoz ante un posible cáncer.

En los últimos años los avances en técnicas mínimamente invasivas como la Laparoscopia y la mejora de los avances en diagnósticos computerizados y analíticos han permitido reducir el tiempo de diagnóstico de estas patologías y mejorar la tasa de recuperación y curación de estas enfermedades que siempre suponen una gran preocupación para el paciente y su entorno familiar.

Las patologías más comunes son:

Cáncer de próstata

El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más común en el hombre diagnosticándose 25.000 casos anuales en España (un 14% de los casos de cáncer en el varón). Mientras la enfermedad es diagnosticada en las primeras etapas, las posibilidades de cura son realmente altas. La realización y determinación del PSA mediante un análisis de sangre en varones mayores a partir de los 50 años ha permitido el diagnóstico precoz de los tumores de próstata con lo que se consigue reducir la morbi-mortalidad. Por este motivo es fundamental que los varones en este rango de edad cumplan con sus revisiones periódicas en nuestras consultas.

Una vez completado el diagnóstico mediante las diferentes alternativas terapéuticas se consigue una alta tasa de curación. Entre las opciones disponemos desde la cirugía (prostatectomía radical laparoscópica), radioterapia externa, braquiterapia y la hormonoterapia. La decisión para un correcto tratamiento ha de ser personalizado en cada paciente. Los hallazgos en las pruebas, la edad del paciente y sus preferencias determinan que ofrecer y hacer en cada caso.

Cáncer de vejiga

La mayoría de los pacientes se presenta con hematuria (sangre en la orina). La incidencia de este tipo de tumor ha aumentado debido al consumo de tabaco, considerándose este el principal factor de riesgo.

Cuando se presenta este signo de alarma y existe una sospecha en una ecografía, la mejor manera de diagnosticar la enfermedad es a través de una cistoscopia. Esta prueba permite el diagnóstico y el tratamiento en un solo tiempo. Una vez resecado el material tumoral se realiza un análisis anatomopatológico del tumor. El resultado de esta biopsia determina que está indicado en cada tipo de tumor.

Afortunadamente, en la mayoría de los pacientes que sufren este problema se encuentran pequeños tumores superficiales que solo afectan a la mucosa lo que permite solucionar la patología con una sencilla intervención quirúrgica endoscópica (resección transuretral de vejiga)

En los casos avanzados de cáncer de vejiga donde el tejido muscular de la misma ya ha sido invadido, la exéresis de la vejiga es el procedimiento estándar. Para ello se utilizan técnicas abiertas o laparoscópicas en la que son necesarias la reconstrucción de la vía urinaria una vez retirada la tumoración.

Cáncer de riñón

El cáncer de riñón más comúnmente diagnosticado es carcinoma de células renales. El uso generalizado de técnicas de imagen, como la ecografía o el TAC, muchas veces solicitadas por otros motivos, es el responsable del diagnóstico precoz de la mayor parte de las lesiones. Es por ello que la mayoría de los tumores encontrados en el riñón son hallazgos incidentales en fases precoces.

El tratamiento quirúrgico se considera el gold standard para alcanzar una gran tasa de curación. La cirugía laparoscopia, ya sea parcial o radical, permite un procedimiento con una mínima pérdida de sangre, menor uso de medicamentos postoperatorios y rápida recuperación (menor tiempo de ingreso) con un idéntico resultado oncológico.

Cáncer de pene y testículo

Desde el punto de vista epidemiológico se trata de un tipo de tumor infrecuente. La mayor parte de los casos son diagnosticados en fases tempranas, lo que permite mediante sencillas intervenciones ofrecer un tratamiento resolutivo.

La mayor parte de los tumores de testículo son detectados por el propio varón es por eso que cuando un paciente consulta por bultos en sus genitales acuden con un grado de ansiedad importante. Afortunadamente el porcentaje de casos que corresponden con un tumor testicular es mínimo siendo lo habitual encontrar patología benigna (inflamaciones, quistes, varices, etc)